gaston campano

Ocitore

Las manos danzaban 

 en su piel morena,

buscando la vida 

en existencias nuevas.

Entre montes pequeños,

y simas obscuras

galopaban impacientes,

entre amor y locura.

Los pétalos tiernos

de una flor serena

rendían espacio

a la vida plena.

de un gemido el eco

multiplicóse luego

y el estruendo escuchado,

callose contento.

Agotado el viento

de un huracan perfecto,

amaino entre risas,

cantos y silencios.