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Pasión y muerte del Rey Pasmado

Por fin ha caído el rey

de tantos intentos fallidos,

finalmente la daga infernal cruza sus costillas

cansadas de caminar en la niebla.

 

Como un cometa que pierde su cola,

como un juglar sin voz,

o un poeta en imaginación extraviada

deja el pie en el camino desconocido,

delirando en la noche pérfida,

aquella en que su amada

abrió el cadalso de su corazón de nieve.

 

De tantas banderas flameando

hoy sólo el misterio de la rosa envilecida,

visita el cielo que encierra

en el final de los tiempos

de aquel tiempo que no disculpa

su mirar cansino,

así se vino de golpe a su castillo

aquella alma retorcida en la historia,

dejando sólo un batallón sin huellas

sólo la muerte,

sólo ruinas tras la marcha

destruyendo el jardín amado

pisando los capullos

que lloran desnudos por agua,

las dos flores más puras que riega

dia y noche,

sonriendo y llorando,

la eterna mofa de su destino mancillado,

alarmado de eclipses,

silencioso y pasmado.

 

En cielo rojo le acuesta

y deja su mano como un tridente

para invitarle a descubrir el velo de las sombras

de ese cuerpo

así se pierden sus ojos ausentes,

en el siniestro vuelo que eligió su reina

para ordenar el destierro.