En el vacío de las hojas de otoño,
en las hojas que recorren la vida,
en ese brillo que reflejan
después de acoger el sol,
tus manos colorean su hermosura,
tu piel le brinda su arquitectura,
tu tacto la conecta con la vida,
y el viento con su ímpetu
la esparce hasta donde se pierde
tu mirada.
Lejos, los lienzos del pasado
evocan hojas secas escritas
con cada paso que distes
en tu juventud, con la que
acompañaste mi camino,
escritas están con palabras que
nadie entiende, con sonidos
que irrumpen en tu pasado
de intranquilidad y deseo.