"Mil veces mis poemas van/ a ser vistos en este portal,/ mi gratitud al amigo Julián/ y a todos por igual".
Cuando no sabes qué decir pues la palabra no sale,
pero algo debes decir porque ser ingrato no se vale,
es cuando te complicas porque ya te emocionaste.
Las ideas están así como muertas y no resucitan,
justo en el momento en que muchos te felicitan
porque la meta de las mil publicaciones alcanzaste.
Te negabas a vivir esos especialísimos instantes
y te volteas a recordar, a mirar el ayer como antes
cuando con timidez publicaste tu primer poema.
Has tratado de ser duro, has intentado no sentir,
pero nunca sospechaste que ya dejar de escribir
se te iba a convertir en un irresoluble problema.
Ahora te apoyan... te felicitan... y te emocionas,
tu corazón y tu alma se han vuelto las zonas
en donde más palabras hay que desean salir.
Lees lo que te dice gente que ni siquiera conoces
y es como si en verdad escucharas sus voces
o el batir de sus manos al empezar a aplaudir.
Ahora quieres parar, pues el cansancio existe,
triste es que te canses pero también es triste
pensar que quizá estés cansando a quien te lee,
que cuando ya desees abandonar esta lucha,
sientas que tu verdad no se ve, no se escucha
y que quien antes te la creía, ya no te la cree.
Puedes pensar eso pero mira, ahí está la gente,
dejando salir palabras del corazón amablemente
y dándole valor a tu trabajo, a toda tu obra.
Ya ves poeta, así es la vida, así son las cosas,
hay personas que pueden ser muy generosas
y esa generosidad absolutamente nadie te la cobra.
Cuando no sabes qué decir pero no quieres callar,
en instantes tu alma guarda silencio y quiere gritar
de emoción y olvidar tristezas, dolores, desgracias,
es cuando mil veces tienes que atreverte, animarte
y si se emocionan los demás tú también emocionarte
y al final de tu publicación número mil escribir...
“GRACIAS”.