Se marchita la tarde de amarillo naranja
extenuada agoniza con suspiros de fuego;
inyectando el paisaje de ambarino sosiego
se desmaya agotada sobre incendiada franja.
Cae lienzo empapado de rojizo naranja
en el ánimo calmo de emociones en pliego;
explotando en el pecho con sutil desapego
concertado misterio que en colores se zanja.
Con ritual milenario se propaga la historia
circunscrito oportuno de un evento sencillo;
que echado en el ojo por visión aleatoria
chapalea en el alma con inédito brillo.
Como hay noche y hay día, también hay pena y gloria
solapada en crepúsculo en cielo ocre ladrillo.