El destino hizo de las suyas,
ella lo llamo casualidad,
él le llamo bendición;
en fin ya no importa la razón.
La cita fue fijada
y la vida se los permitió,
las ansias los frustraban
hasta que el día llego.
Oh, mi niña; mi niña,
te enamoraste no es así…
Y tú corazón valiente
hallaste a la inspiración de tu poesía.
Y es que el corazón,
latir mas fuerte no podía;
dentro se hospedo el amor
salió el miedo que se escondía.
Eso hallé escrito ese día,
dos vidas y un amor
que lentamente florecían
en esos días de abril…