Mis ojos sedientos
de él se envolvieron,
mis piernas temblando
caminaron hasta él.
Su aroma atrapó mis sueños,
aunque mi corazón moría en silencio,
mis dedos dormidos
no dudaron en tocarlo,
sentí sus ligeras manos,
toda su magia que me llamaba
en un fuego intenso se convirtió.
Probé sus acariciantes labios,
sus brazos me rodearon toda,
sentí su deliciosa piel
en mí enamorada piel.
Por un momento ardía en silencio,
solo su voz empecé a escuchar...
decía mi nombre...decía...."te quiero",
era un instánte de profunda ansiedad.
Pero sus besos no los sentí propios,
me besaban solo con mucha pasión,
era una angustia que mi ser sentía,
a esos labios les faltaba amor.
Abrí yo mis ojos,
miraba otro rostro,
ese rostro que no me hacía soñar...
dí media vuelta,
corrí a buscarte...
solo de tí quiero yo sentir,
esos labios que tienen tu esencia,
ese sabor que no olvidaré.
YOLANDA BARRY.
1985.