Que el desierto no es solo de arena
ni de sal, ni la selva agreste es toda
verde y marrón si por dentro miras.
Que la montaña mas alta, en su cima
se vista con duro hielo y blanca nieve,
de su grandeza es lo que no has de mirar.
Y si una mañana por tu ventana
entra un ave; y sin mirarte parece hablarle
a tu soledad, podrás aislarte o escuchar.
Y como esparcido desde el cosmos
sentirás todo el tiempo en tu cuerpo
y desde tus entrañas buscarás tu encuentro.