Hector Adolfo Campa

Solo le escribo a la vida misma.

 

Las personas me miran extrañados,

Se preguntan quien soy en verdad,

A quien le escribo con tal sinceridad,

¿Les cuento mi amor? ¿Les digo a todos?

 

Sencillo seria contarles que le escribo a un ángel,

Una mujer blanca como las almas puras,

Y de manos delicadamente cautivadoras,

Creadora de la primavera con su proximidad,

Y procreadora de inviernos cuando se distancia al andar.

Eres tu el contenedor para la mas pura personalidad.

Y con tu silencio se hacen las hojas en los arboles,

en las ramas nacen flores y escucho a las aves cantar,

y las veo volar, perderse en la comisura de tu serenidad.

 

Basta con decir que eres el nirvana de mi universo,

Sin miedo a exagerar,

El punto perfecto donde se mescla la unidad,

Los planetas chocan en tu boca,

Entre esas franjas cósmicas de rosa estelar,

Y ya hay nuevas galaxias girando,

Con solo verte hablar.

 

 

Puedo decirte lo que hoy siento,

Sin sentido, pero podría hacerlo.

¿Para qué decir lo obvio?

Las palabras son instrumentos,

Pero mis manos, mis manos son las notas,

El ritmo y rima de los sentimientos,

Con ellas te hago prosas,

Con ellas toco el mundo que te lleva dentro.

Con mis pulmones negros reflejo tu ausencia,

Las lagrimas son pioneros,

¿Y mi piel obscura?

Camuflaje de tus contornos,

El contraste para tu singular cintura.

 

Podría decir que eres mi alma gemela,

Pero mentiría,

Pues tu eres pura belleza,

delicada mescla

de humanidad y naturaleza,

y mi alma un espejo,

un lago solitario donde miras tu rostro;

el cristal rayado

que sueña ser  ambos, nosotros.

 

Podría decirte que cuento los segundos para estar a tu lado,

O que lucho contra el tiempo y los destinos para lograrlo,

Pero te mentiría, y no soy mentiroso,

Los enamorados no mentimos,

Solo decimos verdades desconocidas,

Verdades de las almas y los corazones solitarios.

Aunque tendré la osadía de decirle,

A usted mi rojo amanecer lejos de los miedos,

Le diré que por usted no conozco los tiempos,

Mucho menos el esfuerzo;

Con usted solo conozco los sueños,

Con su existencia conozco por que existe el cosmos,

Por que tememos no ser  eternos.

 

Si algo he aprendido, es que las parejas temen perder a su amado,

Pero no soy su pareja, soy su loco enamorado.

¿A qué le temen los enamorados?

No se los demás pero para miedos,

Que el infierno no arda tanto como mi pecho al  tomarle de la mano.

Eso es terror, es para desquiciarnos.

 

Podría decirle una última cosa,

O tal vez millones, no se cuantos pretextos.

Los metafísicos me crucificaran por esto,

Pero sus dudas he resuelto,

Tú eres el origen de mi universo,

Aunque este no se mueve como el resto,

Este se gira y crece, perplejo,

Siempre siguiendo tu equilibrio perfecto,

Deseando ser un paralelo a tu cuerpo,

Eres el todo disfrazado de suculento.

No la razón de ser, pero eres el ser,

Su unificación, su pretexto,

La escusa que le dice a dios

Cuando rompe las ventanas de lo correcto.

El final de los años,

El consejero de lo eterno,

Margen interestelar en las dimensiones de mi cerebro.

Los escalones de mi perfección,

Por lo que el tiempo es relativo e imperecedero,

Y nada se destruye, todo se transforma en tus momentos.

 

Podría decirte muchas cosas,

Pero todo lo que diga es trivial,

Tú eres todo y hasta más.

Una creación completa, experimental.

¿De que serviría comprenderte o que me comprendas?

Me tienes contemplada en tu respirar,

Mientras, yo respiro lento cada que pienso:

“morir, viajar en su infinito como bella estrella fugaz,

Contemplando todo lo que hay tras sus pupilas,

Dividiéndome en millar, dispersarme en filas,

Para algún día, al universo de su vida poderme integrar”

 

Sobran las palabras, sobra el universo,

Contigo basta para que la vida exista,

Para escribir infinidad de prosa y verso,

Y mantener a un alma eternamente cautiva.

 

¿eso quieres que les diga?

¿o solo invento una escusa?

Fácilmente fingiría locura,

Aunque no mentiría,

Al decirles que le escribo  

A la belleza del mundo,

Y todo  el universo,

No es mentira cuando digo:

Que solo le escribo

A la vida misma.