Mirarte quisiera tan solo un momento
para llenar de luz mi mirada
evitando imaginarios tormentos
y tener tranquila el alma.
Abrazarte para sentir tu calor
contagiándote de mi alegría
para que no surja algún temor
como el que siento por tu lejanía.
Pero el tiempo sigue sin pausa
invitando a los recuerdos
conservar por siempre la esencia
de aquel efímero atardecer.
Donde iluminados por los rayos del sol
caminamos sin dirección
pero con sentido lógico
que daba tan bella ilusión.
El viento nos cobijaba con ternura
porque valoró el amor de mis besos
y su elocuente verdad sin censura
hicieron comulgar nuestros pensamientos.