Me quedó
tu rostro en la mente
tu mano en mi mano
tu sonrisa en el sueño
tu cuerpo en el deseo
Me quedó
la tristeza errante
y una lágirma punzante
El mal sabor de no besarte.
Me quedó
la mañana hecha noche
y la noche olvidada
El verano es un invierno
que me deja en la cama.
Pajarillo sin canto
¿A quién pudiera enamorar?
Si su voz se le ha ido
tras el amor
que quiso conquistar.
Y me quedó
el cuerpo lívido
de tanto dolor.