Sin rumbo yo andaba como cualquier día
flotando en las olas de mi pensamiento,
surgió de mi isla un sencillo intento
de encontrar alivio para el alma mía
En mi frágil balsa, cual buen pescador
de arrecifes místicos, tiré mis anzuelos
buscando ilusiones , buscando consuelo
buscando cariño, o quizás amor
Iba navegando con la frente al sol,
sin hipocresías, tímido e inseguro
con el pecho abierto, sentimiento puro
sin llevar careta y tal como soy.
Pero en el vaivén el cordel templó
jalé presuroso con sumo cuidado,
oh sorpresa mía, quedé impresionado
cuando entre las aguas ella apareció
Era una sirena que estaba perdida
en el mar bravío de de su decepción
por la flecha artera de un primer amor,
por el primer paso que anduvo en su vida.
Curé sus heridas sobre el mar azul,
y entre mis brazos desahogó su llanto;
le dije oh sirena ya no llores tanto,
por ese pasado de tu juventud
Más de mil palabras le pude decir,
ella me abrazó con tanta emoción,
enjugue su llanto, su rostro cambió
y en unos minutos pudo sonreír
Como en cuento de hadas fui su salvador
su amo, su esclavo y vivo por ella,
y desde aquel día me alumbra una estrella
mi abrupto camino con su gran amor.