Vengo del río. El agua ya no sueña. Los mares se han ido y la Luna ha desaparecido bajo tus pies. Soy otro, distinto al pasado. Vengo de millones de vidas perdidas, encantos que reverdecen, sueños que no envejecen. He sido modificado, las horas de tú ausencia son otras y ninguna es igual. Ahora vos, sabes un poco de mis ausencias, de las tristezas que no cesan y de la añoranza. Ya sabes que los pasos son andanzas que se olvidan. Se transmutan a lugares que son prohibidos, lugares lejanos y tierras que nos olvidan. Vengo de algún lugar donde muero lentamente. Lentamente. Como el tiempo y las estrellas. Como cientos de Lunas que gimen. Dicen que he de morir mientras te sueño. Con miles de palabras reclamando tú esencia.
Ahora, sabrás que te amo. Que aún me gustan tus pasos y el olor de tú ser. Lugares benditos que no descubrí, esperaba tocar ese punto sensible donde dices amar. Corazones que no olvido. Trato de escribir. De ser otro, de mutar mis brazos y tirarlos al cielo. De ser más amoroso. Es sólo que no llega, no desea llegar. Se aleja de mí y me deja solo. Aún no descubro eso. Pero me gusta recordarte y saber un poco de ti. Me gusta decir palabras con el viento. Cantar para ti. Quizá algunas te lleguen; bañen tú cuerpo y lo envuelvan en abrazos que no se han marchitado. Recuerdos de miradas que se pierden entre ecos. Vengo del río. Se purifica mi alma. El alcohol ya no es suficiente, el cuerpo es otro. Si llegáis alguna vez, recuerda que me escondo entre sombras. Sigo de pie y a veces bailo con la Luna. Si llegáis, recuerda que grito tú nombre y lo busco entre corazones. Si llegáis alguna vez, me encuentro a un paso de la locura y las extrañezas hacen lo suyo. Los demonios sólo mudan sangre y aún comen entrañas. Alguna vez te los prestaré. Debes conocerlos, son buenos amigos.
Ayer amanecí con frío, las nubes lloraron. Lo hacen cada día. No te olvidan. Es como un algo que clama por ti. El mundo se ha puesto de acuerdo para no olvidarte. Te reza. Te sabe lejos y a mi tierra. Lugares que son de orillas. Y arenas suaves que nos inundan. Días compartidos. Regresa. Pudiera ser una orden o un gemido. Sólo que, en nuestro caso, sólo sería un recuerdo compartido. Quizá mañana todo resulte. Dicen que el universo alguna que otra vez lo cambia todo. Bendice las almas que no mueren y a otras sólo las olvida. Nuestro turno aún espera. Quizá más tarde nos arregle. Debemos tener un desperfecto, algún cortocircuito que nos aleja. O son las manos y caricias que no se aprecian. O son las noches de cuerpos que nos olvidan. Quizá sólo sea yo. Quizá sólo seas tú.
Alguna cosa pasará mañana. Tiene que pasar si aún nos recordamos. Me preocupa un poco no saberte. Saberte lejos. En lugares que no son tuyos y que al mismo tiempo no son míos. En paseos diferentes. Y sonrisas que han cambiado. Te veré mañana. Recordaré tú cuerpo junto al mío. Y las añoranzas se irán. Las extrañezas tendrán que mudar de hogar. Se irán más lejos y con personas más tristes. Se irán con vientos que nos renueven. Te veré mañana. Primero ansió tomarte entre mis brazos. Para luego danzar en el juego de los olvidos. Luego aprenderé de tú alma y, como tú, la dejaré libre. Si te parece bailaremos canciones que no son nuestras y una que otra haremos nuestra. Quizá después logremos soñar minutos juntos. Cabellos blancos y sonrisas que no se van. Tal vez ya no venga del río. Puede ser que ambos vengamos del mar….