Una niña se cayó.
(Conoce el pavimento más que nadie)
Esconderé mi cabeza debajo del escondite de los avestruces;
cediendo la extremidad del mañana
en una oscura obsesión
que aún no es conocida por los miedos
que atenúan el dolor de cabeza que tengo
tengo ciertos traumas, (Uno eres tú)
y ... adoró las moscas, las adoró comer los virus
que invaden mi estomago,
la enfermedad que agobia
cada momento que pienso en ti...
Adoró la forma en que despliegas tus ergonómicos labios
en la amargura de mi ácida boca
hasta conocer el miedo de no despegar el cielo
de esa quebrada mirada del techo
que nos mira, siendo testigo de nuestras mentiras,
te amo pero callo, cayó la niña en el pavimento,
cayó tan al fondo, cayó en un crepúsculo
cayendo en la sangre vomitan-te de idilio
al frotar nuestros dedos ante el calor agobiante de la fiebre
que nos acecha, me acecha al callar un te amo
neutralizado por las moscas.
Por eso adoro las moscas, (recuerdas)
"las moscas me amarán"
amarán quitar la fiebre
que modulo al desvariar
ecosistemas quebrados
en la costumbre de matar
-asesinar-me-
es mutua costumbre esta
de jamás extinguir un beso
/a medianoche/
en la escena
cuando un avestruz
reconoce el pavimento
escondiendo sus temores
por las mariposas de la niña
al escribir el sol
llenándose de noche
de entre las aves
masticando el silencio
y con ello la enfermiza conjetura del amor*