Tu boca apetitosa
temprano cuando amanece,
parece una pomarrosa,
por lo dulce y lo silvestre.
Pegadito a la cerca
floreció el pomarrosal
y me recuerda tu boca
por lo dulzona y sensual.
El deseo es gigantesco,
y la pasión es ardorosa,
de querer comer a besos
esa dulce pomarrosa.
Voy a escribir sin falta
estas sencillas estrofas
para subirme a la mata
donde está tu pomarrosa.
Quiero trepar a tu cuello
hasta llegar a tu boca
y bajo la sombra de tu cabello
comerme tu pomarrosa.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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