Cuando vuelvas y no esté
algo te dolerá en el alma.
Cuando transites por tus rincones
y notes que estuve de paso
espero que te acuerdes de mí.
Por lo menos por aquella calle
o por el rostro de Jesús
que dibujé para ti
y que pegaste en la pared.
Para entonces te habré dejado de amar
sentirás un dolor intenso
como el dolor de mi olvido
y tal vez nunca sabrás
que fue un dolor cotidiano
pero hubo de acabar
-al fin se dio por vencido-
Por eso cuando vuelvas
y no esté, mira dentro de ti
sentirás que estoy dentro
de tus congojas y alegrías
de tu vida y de tus muertes.