Impera en mi alma una entristecida oscuridad,
truenos y relámpagos se dejan ver y escuchar,
el cielo está nublado, mis ojos también lo están,
a través de ellos es imposible en este momento mirar;
pues los cubre un velado manto de negrura y soledad.
Afuera llueve… de manera recia cual vendaval,
mi alma es un torrente donde làgrimas tienden a brotar,
deslizándose por mi rostro para profusamente llegar,
a ese insondable piélago de tristeza y desilusión;
para ahogar de melancolía a mi entristecido corazón.
Siento como poco a poco zozobran mis sentimientos,
en ese bravío mar de mis angustias y tormentos,
mojando a mi alma de un humedecido desconcierto.
mientras yo intento vanamente equilibrar mis sentidos;
y es que quiero, necesito creer que aun me quedan motivos.
. Quise entre quimeras que el sol alumbrara parte de mis días,
creí que el amor a mi una oportunidad por fin me concedía,
hoy las sombras del desamor eclipsan todo en mi interior,
es que él las fuerzas de mi ya escrito destino sobrestimó,
y en un descuido la fatalidad hacia el abismo mi barca timoneó,
Mi taciturna alma tiembla incontrolablemente de frio,
mi corazón desea que él le ofrezca de nuevo abrigo,
y que entre dulces susurros le diga tiernamente al oído,
amor mío , ¡ No temas! La tempestad ya pasó
ven conmigo para darte todo mi calor.