Nunca me abandones...
solo en presencia.
Porque algo me faltaría,
ella, tu presencia.
Y tanto la necesito...
¿quién a veces solo
no se siente?
El que lo afirme,
no le creería...
podemos tener todo...
pero siempre algo nos falta...
a mí, el saber que estás conmigo,
lejos, distante, sin siquiera
tu imagen... pero cierro mis ojos,
y te imagino. ¿bella? no lo se.
No me importa tu belleza.
Me importa lo que sientes,
lo que expresas...
Saber que estás conmigo,
aquí, en estas páginas,
y que tu alma está unida a la mía.
Para mí lo más importante
es la belleza del alma.
Nunca me abandones...
porque el día que eso suceda,
mi alma se entristecerá,
sentirá tu ausencia, evidentemente...
¿quién eres tú?
un alma que vive y siente,
y transmites, y me alienta...
me fortaleces... siento que estás en mí...
no es necesaria la cama,
ni el goce sexual...
es la necesidad de la compañia espiritual...
es saberte presente, que me tienes en cuenta,
que no paso desapercibido
ante tus ojos... tus ojos...
no los conozco... pero conozco tu alma...
de qué valen unos bellos ojos...
si tu alma no expresa, no tiene sentimientos...
no pregona el amor... no está junto
a los desvalidos, o no está junto
a mis tristezas... no se une
a mis sentimientos...
sentimientos puros, sentimientos
de un alma sana.
Nunca me abandones...
con pocas palabras he llegado
a comprender tu alma...
a amarla... pero solo con mi alma...
están unificadas, están solidarizadas...
aquí no existe una relación sexual...
existen solamente la unificación
de nuestras gemelas almas.
No me abandones...
porque si así lo hicieses...
un poco de mi alma moriría...
y ya... ya no tendría...
en ella, mi alma...
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 13/04/2013)