Sara (Bar literario)

Diario 1

Perdóname Celeste, no pude salvarte
Corto mis extremidades, 
me he cansado de abrazar la brevedad del mundo. 
Junto a él, quiero ser breve.
No herirme, tener una esperanza esquiva a la realidad de las cosas.
No mirar las mejillas tornasoladas del espejo. Mirar el gris en su diminuta forma.
Y alabar la sencilla nimiedad de mi instante. 
Llorarme con tanto amor como si una pudiera tomar entre sus dedos algo simple, inacabado.
Y no romperlo.
Mi venia al amor es un escudo arrogante.