Remiso anduve siempre por la vida,
pretendiendo encontrar razón, librando
afanes que siempre fuí anhelando,
poder lograr la meta pretendida.
Buena fue la prestancia en la partida,
agradable el placer iba logrando,
conceptos renuentes vi flaqueando
un albor de fatal amanecida.
Hormiga fui, no cigarra de amor,
cumplidos fielmente los ideales;
tormentas desataron el fragor
intercambiando placeres y males,
perdiendo del hogar aquel calor,
la sinrazón de los temas letales.
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ClamábanmeTenorio al ir buscando
amor de la mujer que pertenece,
flamante sentimiento que florece
entre tantos poemas voy creando.
Tras de sus letras quedo me estudiando
sonriente ficción que tan hábil crece
con ese resplandor virtual que ofrece
prepotencia por seguir prosperando.
La voz en el desierto: ¡Oye tú, amor!
Quien por natura mantenga el derecho:
Ven a mi, recibe el tibio calor
en la soledad triste de mi lecho,
para contar los pétalos de flor
abrazando el amor entre mi pecho.
Poemas de Camilo*
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