El alba con color
de lívida frescura
en cataratas de luz
anuncia el nuevo día.
Los lirios húmedos
se levantan
el concierto nocturno
ha cesado.
Ahora se oye el rumor
de la niebla,
los gallos, el silencio.
La bendición de la luz
hace posible las imágenes
los colores.
La luz llega a las flores
y se hace perfume
en el horizonte
sus agonizantes rayos
se convierten
en dorada lejanía.
En diminutos prismas
Al llegar el exiguo rocío
se refleja en manantiales
corre apresurada
semejando pinceladas
de un olvidado pintor,
son colores sobre
el lienzo oscuro
de la realidad