HAY QUE MORIRSE
Para olvidarte a ti, hay que morirse,
Y si en verdad el alma es inmortal,
Nunca jamás mi espíritu olvidar
Podrá a tu ser que en mi por siempre vive.
Podrán los años silenciosos irse
Llevándose consigo lo esencial
Que arde en nosotros y a la nada va,
Pero tú de mi ser, no podrás irte.
No morirás en mi porque aunque ardieras
Y en pavesa volátil convirtiera
El fuego la delicia de tus carnes,
En mi alma vivirás aunque no vieran
Ya más mis ojos tu presencia bella,
Porque hasta siempre en mi conciencia, ardes.