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Mariposa

Oruga fui ayer alimentándome de tallos de tristeza,

como un acordeón de tango me movía en la soledad,

esperando que alguien corriera las cortinas de asperezas,

escarbando en las notas de alguna canción de falsedad.

 

Días diluidos, derretidos entre  resinas de  velas,

silencios con sonidos a llaves sin puertas  para abrir.

Tantos pies perdidos en las cuerdas de una triste vihuela

hojas vacías, ninguna letra que pueda sobrevivir.

 

Pero como sutil roce de la primera gota de lluvia,

tu mirada apacible recorrió mi extenuado letargo.

Ofreció follaje para mantener mi crisálida tibia,

y en una zubia de terneza bautizar todo lo amargo.

 

Los días tejieron sus soles y sus noches sobre el lecho,

mientras tú urdías mis alas con poesías y caricias,

mis labios soñaban tus besos buscándote en un atrecho,

para llegar veloz a tu pecho y que seas mis albricias.

 

Rebosante el corazón de este capullo exhibió su anhelo,

dejando libre  al ser renacido en libertad y color,

para que dibuje su sendero sobre el hado del cielo

y encuentre en su dulce mariposa las alas del amor.

 

Trae a mis brazos Iridiscentes  la flor que te provoca.

Disfrutar la  primavera de este mirar tornasolado,

vacía el néctar con tus besos en espiral sobre mi boca,

 bebe mis feromonas, volemos juntos  enamorados.