Llegaste un jueves de abril.
Llegaste a la hora indicada, esa hora,
En que todos los pájaros
Cobijan su temblor en el follaje,
La hora de los lagartos al sol,
La hora en que se rompen las crisálidas
y baja la marea, no lo olvido.
No olvido que el tiempo se detuvo
Justo a esa hora, de ese jueves de abril,
Donde hubo un pacto,
Que ni cumplimos ni quebramos.
No he mirado la hora desde entonces,
Hay inequívocas señales de ausencia,
No sé si es la tuya o es la mía,
Solo sé que ese jueves de abril, a esa hora
Mi vida ya no me pertenecía,
Dejaba en el bosque el equipaje que hasta allí tenia.
Y el tiempo seguía detenido,
A mí alrededor todo estaba quieto y traslucido,
No sentía al viento y el sol apenas entibiaba el alma.
Solo sabía que era jueves, un jueves de abril,
En donde el tiempo te nombraba.
JULIO CASATI