" A mis compañer@s de poesía "
Ella vive mientras duermo
en la casa de mis sueños,
en un palacio de oro
más hermoso que en los cuentos,
ella viene a visitarme
en un caballo de palillos
y me ofrece con sus manos
amapolas sin sentido
cuyos pétalos de espuma
son azules como una ola del mar.
Puede trepar a la luna
a través de un hilo blanco,
puede subirse a las plumas
del más bello de los gansos
y en sus ojos verde uva
se reflejan los remansos
de los ríos que se paran para amar.
Hay en su voz un acento
que no es de este mundo,
un aullido del silencio
del abismo más profundo,
el lenguaje de una sombra
exiliada de Mercurio,
el dialecto de una rosa
que se ahoga en un estanque,
el rumor de esos días
que no tienen almanaque
cuyas hojas nadie puede arrancar.
Ella cura mis angustias,
pone paz a mis batallas,
le da luz a mi penumbra,
me entristece cuando calla
y cuando apenas se desnuda
yo le robo sus palabras
como un niño golosinas
en la tienda de la esquina
mientras su madre se enfada
por lo cara que es la vida
con un viejo usurero
más miope que un cero
que solo piensa en su barriga
y en montones de dinero
que en la tumba jamás podrá disfrutar
A pesar de tantos años,
ella sabe que la amo
como un niño a su cometa,
como un loco a su locura
como el viento a la veleta
como un fraile a su tonsura
como el jazz a una trompeta
que en la noche más obscura
nos invita a sentir para soñar.
Ella escribe mis poemas
como la aurora el horizonte
como la lluvia en las aceras,
como el rayo en el monte,
como el viento en la arena
cuyas huellas otro viento ha de borrar
Pero si un día se muere,
arrancadla de los libros
y enterradla en una playa
de camino al paraíso
como aquel loco de adarga
cuyo cuerpo sin juicio
en las tierras de la Mancha
nunca nadie ha podido encontrar.