Indago en el medio de hacerte llegar mi aullido
socio y espina de risas y fluidos,
que olvidaste en el paladar de este absurdo
sometido a no conjuntar con el verbo amar.
Despierto sobresaltada cuando tu fantasma de polvo
no deja de acudir en cada sueño a mi brío...
Y te vas ,y te quedas, te alejas ,te acercas.
En mi se queda un palpitar ;usándome para llorar.
Huyo de dar caza a esos recuerdos que derruyen
lo nuevo de este corazón en alza.
¡No anudes lo que yo desato!
Déjame en cada luna llena con el soñar de otros besos.
¡Vete visión en el olvido,dejame en el hoy!
No violes mi intimidad con los restos de nadie,
Ya no quiero tus susurros y gemidos en los anales
De mis ojos eufóricos de sabia novicia.
Este aullido vertiginoso lo arrojo por las venas,
por la piel de un sentimiento raido,
por la sonrisa de este sobre blanco sin sellar...
por la fragancia de lozanos cantos...
¡Vete!
¡Exhórtate de mí!
ANTONIA CEADA ACEVEDO