No pensé que lo tuyo
fuese una simulación de sentimientos.
Sabías de la enfermedad grave
que padecía mi tío.
Te digo más: ansiabas su muerte.
Durante más de un año esperaste se muriese.
Yo no, amaba a mi tío,
era el hermano de mi padre.
Siempre sentí afectos verdaderos
como sobrino. Y él me quería
como si yo fuese su propio hijo,
el cual nunca tuvo.
Tenía una buena relación
con mis padres.
Y nunca nosotros, ni mis padres
ni yo, hemos tenido ningún interés
en su fortuna.
Mi padre luchó toda su vida,
para que nada nos faltara.
Fui muy feliz en mi niñez...
pobre, humilde, pero he ido
al colegio, siempre estuve impecable
en mi presencia. Tenía lo más importante,
el amor de mis padres.
Me he recibido de bachiller,
obtuve trabajo. Conocí a una bella
mujer, la cual me dio muchas satisfacciones
espirituales y sexuales.
Después, enfermó, y falleció.
Nunca habíamos proyectado casarnos.
Vivíamos el presente,
sin proyectar el futuro.
Los momentos en que estuvimos juntos,
los vivimos como dos adultos,
plenos de felicidad.
Esa felicidad, me la arrebató
el destino... porque ella dejó de existir.
Detalles de la vida...
Pasó el tiempo...
nos conocimos tú y yo,
y la historia se repitió...
no exactamente igual
a la anterior, sí en lo que se refiere
a amistad y convivencia ocasional.
La que tuve con ella,
y la que he tenido contigo.
La diferencia está en que ella
me entregó su cuerpo
sin condiciones, lo hizo porque
lo sentía, y ambos fuimos felices
en los momentos que compartíamos...
en la cama y fuera de ella.
Mis padres la querían,
y aceptaban nuestra relación,
tal cual como la vivíamos.
Y esta otra diferencia...
ella murió, y tú estás viva,
gracias a Dios.
Una diferencia más...
ella no era interesada,
y tú siempre lo fuiste,
también ambiciosa...
y hasta has llegado a desear
la muerte de mi tío, sabiendo
que al fallecer, me dejaría una herencia.
Desapareciste de mi vida,
porque te cansaste de esperar
una muerte... esa muerte llegó.
Mi tío ha fallecido, y yo he cobrado
ya esa herencia.
Pero nunca deseé la muerte de mi tío,
porque lo amaba.
Como él amaba a mis padres y a mí.
Tenemos signados un tiempo de vida.
Todos, sin excepción...
pero una cosa es aceptar
la muerte de otro, que desearla...
como tú deseabas, por interés,
la muerte de ese, mi maravilloso tío.
No estoy contento ni de su muerte
ni de la fortuna que me ha dejado.
Hubiese preferido mil veces
siguiese viviendo... y yo seguir
siendo un hombre pobre...
Ahora tengo una fortuna,
pero no tengo la presencia
de mi tío, el hermano de mi padre.
Te cansaste de esperar, y desapareciste.
hora te has enterado de su muerte,
y volviste a mí.
¿sabes? tú no me visitas por amor...
me visitas por interés...
no acepto tu presencia,
después de la forma
en que te fuiste,
sabría que estás a mi lado
porque he dejado de ser pobre.
Ahora soy rico, y eso no
cambia mis principios,
ni mi forma de ser y de pensar.
He de compartir este dinero
con mis padres,
los que me dieron
la vida, los que me cuidaron,
alimentaron y siempre me amaron...
si te hubieses ido con una razón
justificable, te hubiese aceptado,
pero no, te fuiste como lo hiciste,
te he disculpado y sigo disculpándote,
pero no quiero que estés conmigo
porque tengo unos pesos de más,
que antes no tenía...
Una suerte que el destino
me ha deparado... pero mi tío
no está más... hubiese preferido
su vida, no su muerte...
tú, la deseabas... ya está,
se cumplió tu deseo,
que nunca fue el mío.
Ahora tu deseo es compartir
mi vida, pero no es por amor,
lo se, porque cuando te fuiste
de mi lado... te fuiste porque te cansaste
de esperar una muerte que no llegaba.
Llegó, y con todo el dolor
de mi alma te digo, que he llorado
su muerte, y sigo llorándola...
pero no he de vivir de recuerdos
hermosos contigo que pasamos
con mi tío, mis padres y yo.
Ninguno de los tres deseamos
nunca su muerte.
Tú sí, porque tuviste el descaro
de comentármelo a mí.
Te seguía la corriente en tus deseos,
de que se cumpliese la muerte...
pero siempre me abstuve de comentar...
rogaba para que nunca ocurriese,
mientras tú rezabas para que se
fuese de este mundo...
Se ha ido, como tú has de desaparecer
de mi vida... sigue creyendo que soy pobre,
y sal de mi vida, como lo hiciste...
cuando no tenía lo que ahora tengo.
Y que contigo, nunca he de compartir...
Tú me has visitado por interés,
no por amor... ahí tienes la puerta,
ábrela, y vete...
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 16/04/2013)