Hugo Emilio Ocanto

Tú no me visitas por amor Poema Grabado

No pensé que lo tuyo

fuese una simulación de sentimientos.

Sabías de la enfermedad grave

que padecía mi tío.

Te digo más: ansiabas su muerte.

Durante más de un año esperaste se muriese.

Yo no, amaba a mi tío,

era el hermano de mi padre.

Siempre sentí afectos verdaderos

como sobrino. Y él me quería

como si yo fuese su propio hijo,

el cual nunca tuvo.

Tenía una buena relación

con mis padres.

Y nunca nosotros, ni mis padres

ni yo, hemos tenido ningún interés

en su fortuna.

Mi padre luchó toda su vida,

para que nada nos faltara.

Fui muy feliz en mi niñez...

pobre, humilde, pero he ido

al colegio, siempre estuve impecable

en mi presencia. Tenía lo más importante,

el amor de mis padres.

Me he recibido de bachiller,

obtuve trabajo. Conocí a una bella

mujer, la cual me dio muchas satisfacciones

espirituales y sexuales.

Después, enfermó, y falleció.

Nunca habíamos proyectado casarnos.

Vivíamos el presente,

sin proyectar el futuro.

Los momentos en que estuvimos juntos,

los vivimos como dos adultos,

plenos de felicidad.

Esa felicidad, me la arrebató

el destino... porque ella dejó de existir.

Detalles de la vida...

Pasó el tiempo...

nos conocimos tú y yo,

y la historia se repitió...

no exactamente igual

a la anterior, sí en lo que se refiere

a amistad y convivencia ocasional.

La que tuve con ella,

y la que he tenido contigo.

La diferencia está en que ella

me entregó su cuerpo

sin condiciones, lo hizo porque

lo sentía, y ambos fuimos felices

en los momentos que compartíamos...

en la cama y fuera de ella.

Mis padres la querían,

y aceptaban nuestra relación,

tal cual como la vivíamos.

Y esta otra diferencia...

ella murió, y tú estás viva,

gracias a Dios.

Una diferencia más...

ella no era interesada,

y tú siempre lo fuiste,

también ambiciosa...

y hasta has llegado a desear

la muerte de mi tío, sabiendo

que al fallecer, me dejaría una herencia.

Desapareciste de mi vida,

porque te cansaste de esperar

una muerte... esa muerte llegó.

Mi tío ha fallecido, y yo he cobrado

ya esa herencia.

Pero nunca deseé la muerte de mi tío,

porque lo amaba.

Como él amaba a mis padres y a mí.

Tenemos signados un tiempo de vida.

Todos, sin excepción...

pero una cosa es aceptar

la muerte de otro, que desearla...

como tú deseabas, por interés,

la muerte de ese, mi maravilloso tío.

No estoy contento ni de su muerte

ni de la fortuna que me ha dejado.

Hubiese preferido mil veces

siguiese viviendo... y yo seguir

siendo un hombre pobre...

Ahora tengo una fortuna,

pero no tengo la presencia

de mi tío, el hermano de mi padre.

Te cansaste de esperar, y desapareciste.

hora te has enterado de su muerte,

y volviste a mí.

¿sabes? tú no me visitas por amor...

me visitas por interés...

no acepto tu presencia,

después de la forma

en que te fuiste,

sabría que estás a mi lado

porque he dejado de ser pobre.

Ahora soy rico, y eso no

cambia mis principios,

ni mi forma de ser y de pensar.

He de compartir este dinero

con mis padres,

los que me dieron

la vida, los que me cuidaron,

alimentaron y siempre me amaron...

si te hubieses ido con una razón

justificable, te hubiese aceptado,

pero no, te fuiste como lo hiciste,

te he disculpado y sigo disculpándote,

pero no quiero que estés conmigo

porque tengo unos pesos de más,

que antes no tenía...

Una suerte que el destino

me ha deparado... pero mi tío

no está más... hubiese preferido

su vida, no su muerte...

tú, la deseabas... ya está,

se cumplió tu deseo,

que nunca fue el mío.

Ahora tu deseo es compartir

mi vida, pero no es por amor,

lo se, porque cuando te fuiste

de mi lado... te fuiste porque te cansaste

de esperar una muerte que no llegaba.

Llegó, y con todo el dolor

de mi alma te digo, que he llorado

su muerte, y sigo llorándola...

pero no he de vivir de recuerdos

hermosos contigo que pasamos

con mi tío, mis padres y yo.

Ninguno de los tres deseamos

nunca su muerte.

Tú sí, porque tuviste el descaro

de comentármelo a mí.

Te seguía la corriente en tus deseos,

de que se cumpliese la muerte...

pero siempre me abstuve de comentar...

rogaba para que nunca ocurriese,

mientras tú rezabas para que se

fuese de este mundo...

Se ha ido, como tú has de desaparecer

de mi vida... sigue creyendo que soy pobre,

y sal de mi vida, como lo hiciste...

cuando no tenía lo que ahora tengo.

Y que contigo, nunca he de compartir...

Tú me has visitado por interés,

no por amor... ahí tienes la puerta,

ábrela, y vete...


Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 16/04/2013)