Me presté para un experimento con el espejo. El alma flotando frente a mí, y el corazón en una mano. Ya no habría emociones. De repente surgen frases tibias atesoradas en mi garganta. Con su arte, quita las cuerdas vocales. Y se decepciona cuando vuelan mis sentires desde abajo de mi lengua, la corta. Defraudado, lee sentimientos en mis ojos. Los dejó en mi rostro. Sin ellos no sería nada.