Señor dame la virtud de amarte
más que a ella
porque amo su recuerdo
como si tuviese vida.
Tú sabes que todo se lleva,
todo,
ni aún tus obras admiro
por admirar a ella.
Señor, ¿por qué no pudo ser
lo que quisimos?
Pensamos vivir en un monasterio
verde, unidos a arrozales,
criar semillas
caminar cubiertos de cielo
y expansiones azules.
Señor,
¡Quizá así lo habrás querido!