Héctor(micorazón)

No me pertenece

Dialogándo con Dios pude saber,

que mi vida no es mía sino de él,

que me mostró su amor en Emmanuel,

la gloria y resplandor de su poder.

 

Mi necedad debo reconocer;

pintáste con tu magistral pincel

el mundo con tu amor a otro nivel,

Amor al que quiero corresponder,

 

Le diste la armonía y canto de aves,

que alegran las mañanas y las tardes,

las noches y madrugadas de estrellas;

 

De la vida nada sé, más, tú sabes,

Dios sabio y bueno mientras tú me guardes,

disfrutaré tus creaciones bellas.