Buscando mi verdadera vocación
le he dado a mi vida varios giros,
para poder hacer una profesión
que me permita vivir tranquilo.
Probé suerte en el Motociclismo
pero después de un accidente fatal,
la moto me enseñó con gran cinismo
que ese no era mi lugar.
La caída fue tan aparatosa,
el casco salvó mi cabeza del desastre,
pero quedé con rodillas y costillas rotas
y los tobillos quemados por el escape.
Luego probé suerte en el Boxeo
soñando con el ranking mundial
pero entre golpes, caídas y forcejeos
di otro giro al aspecto vocacional.
Pues me dieron nocaut fulminante
y caí de rollos en la lona
fue una pegada tan anestesiante
que no quiero recibir más, ni de broma.
Luego me fui a la milicia
buscando en el área militar
y de pronto me dieron la noticia
que para la guerra me tenía que alistar.
Fue duro ese asunto enfrentar,
cuando yo le dije a mi superior:
prefiero morir en paz
así que mejor yo me voy.
Al final descubro con asombro
que lo mío es sencillamente: Escribir,
Pero por eso, lamentablemente no cobro,
así que no me sirve para vivir.
Por eso seguiré buscando
por otros senderos mi vocación
tal vez cuando me convierta en anciano
encuentre allí la solución.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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