Fui princesa, fui una flor
con vestidos de rosa y azucena,
fui inocencia queriendo ser mayor
en los tibios mundos de sueños de nena.
Fui rebelde, fui tambor,
vagabunda en las calles de mi circo,
desafiando los peligros del alcohol
y perdiéndome en los labios de algún chico.
Fui una mano, fui una luz,
fui un ángel caído y redimido,
tuve hambre de justicia y fue mi cruz
soportar las voces de lo permitido.
Hoy soy esto que ahora ustedes ven
y un misterio de más mundos posibles,
lo mejor que pude hacer a mal o bien
y aunque decirlo tal vez suene a imposible
(te pido)
quiéreme como soy
loca, divertida,
caprichosa, introvertida.
Quiéreme como soy
chiquilina, solitaria,
hecha fuego, hecha plegaria.
Quiéreme así
simple, acomplejada,
hinchapelotas, endulzada.
Quiéreme a mi
que mi alma se atropella,
que te busca mi mirada.