Son tus bragas de colores
la certeza de que no sueño;
las negras,
las rojas,
las lilas,
las blancas,
el despliegue que rebrota días
aturdidos en la pereza.
La curva de tus muslos
espaciando lo recóndito
al golpe del elástico
que percute en tus caderas.
De par en par, los ojos de la ventana
paladean tu carne tras la puntilla
que se expande fronteriza
al empeño de una mirada.
Poco valgo sin tus ingles,
entonadas de algodón terso,
esa prenda, esa mirada, el deseo
resonando el cuarto y el tiempo.
Kabalcanty©2013