En la cascada de tus ojos alados,
a las orillas que vencen distancias,
cuando mis manos juguetean en esta nada,
la que se hace caudal al mirarte,
allí donde transitan tantos recuerdos,
mas el mismo tiempo retorna tus caricias,
vivo como me haces sentir,
sin bruma ni sombras,
en la claridad absoluta de respirarte,
sometiendo tempestades ocultas,
al galope de noches fabricadas en mis dedos,
que son tuyos al buscarte y encontrarte al mismo espacio,
ese perfil que talla tu cuerpo en mis pretensiones,
sin más debilidad que tu mirada,
que me hace fuerte al tomar tu pulso,
humedad de una tarde cualquiera que se hace perfecta,
y se baña tu voz en la mía,
al abrupto se va este silencio,
se vuelven campanadas tus pasos que me llevan,
no busco respuesta al tenerte,
esos instantes se hacen un todo.