El final del día
se llevó tu sonrisa
devenir de pájaros,
sin caricias.
Si no estas
la nieve se hace día
llora el cielo
lágrimas de agonía.
En el atardecer sublime
aclaró fiel la penumbra,
sin tu presencia.
Y esta quietud
que es tu ausencia
es tu risa lejana
la que me alumbra.