Déjate de tonterías vanas,
de sentimientos sin sentido,
de pasiones inventadas
y de amores sufridos,
Déjate de contarme cuentos
de amores imposibles
de príncipes encantados.
y paraísos perdidos.
Deja de lamentarte siempre
de tanto tiempo perdido
y no te consueles solamente
cuando te oprimen los suspiros.
Deja de imaginar
caricias y los besos
del idílico amor
que aparece en tus sueños.
Deja de escribir versos
de amores frustrados,
de desencantos amorosos
y placeres olvidados...
Y goza con todos los sentidos
del instinto puro del placer,
sin justificaciones absurdas
ni arrepentimientos inventados.
Que la vida se va apagando
en cada instante perdido,
y ya no vuelven los gemidos
para satisfacer los quebrantos.