Cuatro paredes,
Una habitación vacía,
Mis ojos clavados en el techo
Como las tres manecillas del reloj
Claudicando entre dos días.
Un minicomponente
Desafiando el silencio perenne
Con una secuencia de instrumentales
Mucho más tristes que mi suerte.
El Ayer se esfumó, marchito como una flor;
Sin belleza, sin perfume ni color,
Y el mañana, como negándose a llegar,
Con su alforja vacía,
Arrastrando los pies con su penar;
Y todo por que tú no estás
Y sólo me acompaña la triste realidad
Que de todos sus quehaceres no soy prioridad,
¿Y cómo cambiar esa verdad?
Lo he intentado todo
Y ya ni el recurso de esperar promete felicidad.
Futuro incierto, triste peregrinar
Entre melodía y verso
Y un corazón resistiéndose a renunciar,
Colgándo del ventrículo en un hilo de fe
Palpitando a ínfima velocidad,
Presintiendo como destino...ningún lugar,
Orbitando sobre la nada una eternidad.