Niña de El Samán
del Apure bravío,
amiga de la garza
y del apuesto gabán.
Te imagino muy bella,
de alma y corazón.
Sabana encantadora
de rutilante estrella.
Mirífico querube
del trono celestial
que a mi covacha entraste
envuelta en una nube
de encaje y de cristal;
y mi otoño alegraste.