Decir amor… Es mucho más que el canto de ruiseñores en la alborada. Es premura de sentidos y verbos apoderándose de mis ojos, de mi boca, de mi piel, y de mi cuerpo por completo.
El destiempo consumido se quema, en la hoguera del pasado. Los labios resecos de un deseo conjugado que cae en este otoño.
No diré amor…Hasta que caiga el telón de un ayer inerte. Cuando dejen de caer las hojas de este árbol, en el que me he convertido con el tiempo.
Los sentidos se cuelgaron a los ganchos de las cortinas de mis ventanas. Se descosen lentamente desamarrando en el mes de agosto yaciente…y el mes de abril agonizante...
Me pierdo en mis instantes presentes esperando un hoy, no existente un pasado, que no es futuro…
El hoy se apodera de los minutos que caen en mi reloj de arena.