En la empresa lo daban por seguro. Le preocupaba la imagen de su amigo ¿Salís con la Gerente de Marketing? Mutimo. “Creí que ibas a preguntarme sobre el ejercicio anual”. Lo invitó a retirarse. Furioso, llamó a la joven. “¿Qué pretendés?” Irreverente, ella respondió: “Yo también tengo mis condiciones. Quiero la Gerencia General”. Perplejo, pero embelesado con la chantajista, trasladó el Gerente General de la casa matriz al interior y colocó a su amante en un puesto en el que sabía que no podría manejar sola. Y esto los acercaría aún más. En sus madurez, ella era su obsesión.