Soy de barro,
soy de arcilla,
hecho de polvo y cenizas.
Solo un soplo que mi Dios,
inyectó con viento y brisa
y me creó diferente,
y me marcó de por vida,
Y llenó mi corazón
con las caricias del cielo,
dejándome en un camino
que iluminé con mi sueños.
Muchos años,
muchas vidas
caminando solitario,
busqué la estrella perdida,
que se quedó en aquel cielo
el día que yo nacía.
Y confundí alguna estrella,
que no… no era la mía,
con su sello inconfundible…
Ahora por fin la he encontrado,
y ya le ofrezco mi vida,
que sin su luz yo me pierdo
y mis noches son muy frías.
Moldéame con tus labios,
con tus besos y caricias,
que yo me amoldo a tu gusto,
pues soy de barro y arcilla
y tú me harás diferente,
moldeado entre sonrisas,
sabiendo que te he esperado
y te busqué cada día,
desde que Dios me hizo hombre
de entre el polvo y las cenizas.
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