Encubierto con el musgo de los cerros
Oculto entre las ramas muertas
Una vena de mi madre, sus latidos
Tímida leche brota de su vientre.
Y fue hombre… que entre sol se bautizó
Y fue beso algún día, con las orquídeas y las ranas
Y fue novia de blanca cola al desnudar su suerte
Y convertirse en una tímida cascada cualquier día.
Y la niña sin miedo ante su incierto destino
Abrió la falda y se dejó amar del sol;
Corrió veloz por las heridas ya marcadas
Y hasta el manso río su fortuna la llevó.
Y allí las novias, de otros mansos nacimientos
Se fueron aunando para darle ánimos y fuerza;
Ciertamente que el bravío de ayer está muriendo
Se encausa su poder hacia otros inventos irracionales
Y del mar lo alejan prontamente.
Bulle de nuevo el furor del cielo…
Y cascadas que se elevaron hoy bajan con alivio
Se llenan los bosques de vida nueva
Y otra vez el manantial, la novia, el río… el mar…
Raquel Rueda Bohórquez
Barranquilla, abril 19/13