No me preocupo por la edad de mi cuerpo,
Me preocupo por mi edad espiritual e intelectual.
Aquella edad que define lo que soy y como soy.
Aquella edad que no se mide en números,
Sino en experiencias.
Aquella edad que me hace más humana y consiente.
No me importa si tengo arrugas o canas,
Si mi cuerpo ya no puede andar,
Si mis huesos se quiebran con facilidad.
Sólo me importa tener imaginación para crear
Poesía, arte, música.
El día que no pueda hacerlo,
Ese día sabré que estoy vieja,
Y quizá a punto de morir.