¡Cuánto te quiero, muchacho…
Inquieto estoy este día
y me encuentro preocupado;
oigo palabras confusas
entre susurros mezclados,
que provienen de la noche
en que contigo he soñado.
Tu recuerdo me acompaña,
porque no he olvidado
los momentos tan felices
que los dos hemos pasado.
¡Cuántos proyectos se hacían!
Y cuánto amor derrochado
con palabras que decían:
¡Cuánto te quiero, muchacho!
Son ilusiones que un día
los dos nos hemos forjado,
confesando aquel “Te quiero”
en un momento tan grato:
Te recostaste en mis brazos,
sentí el calor de tus pechos
de un amor apasionado,
y quedé viendo en tus ojos
un brillo de amor sagrado.
¡Qué besos fueron aquellos!
los primeros que me has dado;
¡qué sentimientos tan bellos!
¡cuanta dulzura en tus labios!
¡Que tarde bella y hermosa!
¡Qué dichoso en tu regazo!...
Con mochila y alpargatas
pasearemos por el campo,
razón que a ti te movía
por el río de tu agrado.
¡Qué feliz yo me sentía:
tú conmigo, yo a tu lado
respirando de tu aliento,
yendo al compás de tus pasos
contándonos nuestras cuitas
de paseo por el campo.
Y bebimos de la fuente
de aquel amor tan sagrado
saciando nuestros anhelos
con cariño almibarado.
La ternura es lo más bello
que siente el enamorado,
llevando siempre presente
como en un escapulario,
la ilusión de aquel “te quiero”
que tan hondo me ha calado:
Tú me quieres, yo te adoro,
y los dos enamorados.
***
De los recuerdos la lucha
no se puede lo de antaño
olvidar tan fácilmente;
felicidad, cuando es mucha,
es mayor el desengaño.
Poemas de Camilo