Al cruzar esta montaña mi querido saltamontes
Hallarás la felicidad
Así de simple
Pero no la mires a huevo
Ni confíes en tus fuerzas demasiado
La montaña es un aliado
De tu experiencia
La que con ella encontrarás
Y en su ascenso te alimentarás lo suficiente
De su simiente
Si es que llegas a cruzarla.
Con el bagaje de los años
Al pasar al otro lado de sus cumbres
Tanto mito tanto daño
Tanta herida como charlas
Te servirá evidentemente
Cuando te encuentres a las puertas del amor
Y esa experiencia
Ahí sabrás bien apreciarla
Porque no te equivocarás
A la hora de escoger
A tu bien amada.
No es una montaña mágíca
Como la de Thomas Mann
Y es algo más que un refrán
Pues nada de ella se contradice
Cuando dos seres felices
Saben lo que es amar
Son sus besos sabor a sal
A canela y a perdices.
Al menos yo la atravesé
Y tengo un modo de aceptarla
Esta experiencia que poseo
Me ha de servir para besarla
Como jamás a alguien besé.
Pues mis labios me lo dicen
Me lo repiten
Constantemente
Me lo hablan
Me lo susurran de mañana
Desde que tu llegaste a mi
No hacen más que exigirme
Que esté en aquí
A toda hora
En todo instante
Y nunca callan.
¿Me entiendes pequeño saltamontes?
¿Quieres su cima conquistarla?