Escribiré cada verso,
por cada tristeza mía
que apagó tu alegría,
e iluminó mi universo;
Mi universo que moría,
poco a poco sin querer
ver las flores florecer,
a causa de la sequía;
De pronto empezó a llover,
junto a la orilla del río,
florecen tu amor y el mío,
dejando atrás el ayer;
Con las gotas del rocío,
pudo el ayer hoy sanar,
y el amor despertar,
del sueño pálido y frío;
Hoy si sueño y es por ti,
cuando me voy acostar,
no puedo evitar pensar,
en el día en que te vi;
Ya no hay noches oscuras,
ya mi cielo tiene estrellas,
por la luz que tú destellas,
en tus miradas tan puras;
Todo mi cuerpo vibró,
con tu cariño y ternura,
mi alma sintió tu frescura
y mi pena se borró.