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copto un abejorro entre los dedos
para llevarme tanto zumbar
dentro de oído dispuesto a beberse
los tornados
con vehículo de alas negras
símil fuente de lo deseado
Me sirvo una selva casi penumbra
para florecer sobre los escombros
sabiéndome siembra más espesura
en el sitio exacto de lo más hondo
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Y en fin
controlo con múltiples ojos
el ambiente que me acepta
con silbos y vibras de cúspides
donde la piel
deviene corteza