Se marchitan los ojos en el amanecer
agonizan expresiones
dentro el cristal deforma un adiós
. . . una lágrima íntima quema
las similitudes de músculo ventrílocuo
aquejando la sonoridad de los ruidos
que enferman la salud por a-mar-te...,
a ti..., y solamente a ti,
esperar a que escribas la última flama
-la última razón de pensarte-
creación de un sueño marchito/
en la quemadura de un papel arrugado
-entre nubes y dosis de estrellas-
. . . la libertad de rocas punzantes
ya cuando...
la noche se encierra en su lamento
-la luna, fisura de la muerte
destiñe la sangre
... la carne estruja el crepusculo
alarido del fuego ennegrecido
... de entre las cenizas sexuales
copula un adiós orgasmico
fermentación de un cielo
arrojado a los cuervos*