Emanuel Acuña

Desesperación

Salve al viento

que aleve sopla,

al mar siniestro

la luna roja.

 

Salve al sol

que aleve vive,

del cielo azul,

de mi revive.

 

Ni sol, ni mar,

ni viento aleve,

ni cielo azul,

ni ser alegre...

 

Panteón el mundo,

de mil entierros;

es mi ciudad,

es mi destierro.

 

Calamidad de luna roja,

que al ver la vida

de mi despoja

la triste vida.

 

Cantó la vida

del ser satánico,

la buer habida,

no es demoniaco,

 

no es solo canto,

no es solo guía

la fe se pierde

de ti en días.

 

Ni el ser ateo,

ni paz, ni vida,

la muerte veo,

y no hay bebida.

 

De Francia viene

Coñac, asedio,

dolor retiene,

final, remedio.

 

Mantiene muerte,

la luz precisa,

preciosa vida

la luz divisa.

 

Rincón de vagos,

pendientes vienen,

mantienen juegos,

amor sostienen.

 

Amor traiciona,

la vida misma,

de ti detona,

de mí el carisma.

 

Ni sol pendiente,

ni mar, ni tierra

ni amor ferviente,

ni azul, ni sierra.

 

Camino largo

de vida triste,

mil mundos hartos;

mujer desviste.

 

la muerte llega,

el sol se va,

la suerte mengua, 

la vida cae.

 

Hacer amores

que dejan poco,

tener dolores:

por ti  estar loco.

 

Escucha al viento,

que grita aleve

ya no hay aliento

que hoy te eleve.

 

Ni son la drogas

ni alcohol, ni sexo,

ni es tenerte,

no es ni texto.

 

Cabalgas sola,

dejando almas,

les dices "hola"

y así les calmas.

 

¿Acaso son,

lo que merezco?

El caso es hoy

y yo me ofrezco