Soy el árbol que empieza
con su raíz a tropezarse
entre la tierra y las piedras,
para traer alimento
a ese tronco robusto,
que aún sigo sosteniendo
con un ramaje grandioso.
Con hojas como estambres
delgadas y siempre rellenas
de vida que proporciono,´
subiéndolo aún todo
lo necesario en la vida
para que esta planta querida
siga buscando el oro,
que lo han de tener las flores
amarillas de mi aromo.